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Los Hechos: introducción - 1:3
Nuestro viaje bíblico se aparta hoy de la ruta del Antiguo Testamento, para volver al Nuevo Testamento y comenzar a recorrer las páginas de este libro que nos narra los Hechos de los Apóstoles. A este libro de los Hechos de los Apóstoles se le ha llamado el quinto evangelio. Es una continuación del evangelio de Lucas. Pero es interesante notar algo más. Algo bastante notable.
Veamos el último hecho que se registró en cuanto a Jesús en cada uno de los evangelios. Primero, en el evangelio según San Mateo observaremos que el último hecho que se registró en cuanto a Jesús, fue Su resurrección. La resurrección también se registra en Hechos capítulo uno. En segundo lugar vemos que en el evangelio según San Marcos, el último hecho que se registró fue la ascensión de Jesús; un hecho que también aparece en el capítulo uno de los Hechos. Luego, el evangelio de Lucas concluyó con la promesa del Padre en cuanto a la venida del Espíritu Santo. Y esa promesa se halla también en Hechos capítulo uno. Por último vemos que el último hecho que se registró en el evangelio según San Juan fue la promesa de la Segunda Venida de nuestro Señor. Y estimado oyente, esa promesa también se halla en Hechos capítulo uno.
Es como si los cuatro evangelios hubieran vertido su contenido, por decirlo así, en un embudo, y todos cayesen en la jarra del primer capítulo del libro de los Hechos. La gran comisión misionera que fue dada en los cuatro evangelios, también fue confirmada en los Hechos. Este libro de los Hechos suple como una escalera sobre la cual podemos colocar las epístolas que lo siguen en el Nuevo Testamento. El Nuevo Testamento sin el libro de los Hechos quedaría con un vacío muy grande. El Dr. Howson, un erudito en estudios bíblicos ha declarado: "Si se quitara el libro de los Hechos, no habría nada con qué sustituirlo."
En el libro de los Hechos aparecen los principios de la Iglesia, es decir, el nacimiento de la Iglesia. Mientras que el libro de Génesis relata el origen del universo físico, el libro de los Hechos de los Apóstoles relata el origen del cuerpo espiritual, el cual es la Iglesia.
Ahora, en casi todos los libros que hemos estudiado, hemos escogido del libro un versículo que expresa en forma resumida el tema del libro. En el libro de los Hechos de los Apóstoles, el versículo clave lo encontramos en el capítulo 1, versículo 8 donde dice: "Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Hemos dividido el libro de los Hechos de los Apóstoles conforme al versículo clave, o sea de la manera siguiente:
Primero, el Señor Jesucristo obrando mediante el Espíritu Santo a través de los apóstoles en JERUSALÉN. Esta sección que comprende los capítulos 1 al 7.
En segundo lugar, el Señor Jesucristo obrando mediante el Espíritu Santo a través de los apóstoles en JUDEA y en SAMARIA. Esta sección comprende los capítulos 8 al 12.
Y en tercer y último lugar, el Señor Jesucristo obrando mediante el Espíritu Santo a través de los apóstoles HASTA LO ÚLTIMO DE LA TIERRA. Esta sección comprende los capítulos 13 al 28.
Ahora, creemos conveniente aclarar que el libro de los Hechos no se ha concluido. Simplemente termina sin una conclusión concreta, mencionando que el apóstol Pablo estaba en su propia casa alquilada en Roma. No hay ningún fin formal. ¿Sabe por qué no lo hay? Porque el libro de los Hechos forma parte de una historia que continúa escribiéndose ahora desde el cielo. Quizá el Señor tenga allí al doctor Lucas escribiendo el resto del libro de los Hechos. Quizá esté escribiendo lo que usted y yo estamos haciendo con el poder del Espíritu Santo. Eso no lo sabemos, pero esperamos que así sea.
Bien, hemos dado un bosquejo algo simple de este libro, pero creemos que es mejor que sigamos un método sencillo en nuestro estudio. No creemos que la Palabra de Dios deba ser presentada con bosquejos y estudios demasiado complicados. Tampoco pretendemos acercarnos al estudio de la Biblia desde un punto de vista filosófico, de ninguna manera. Nuestro estudio es desde un punto de vista puramente práctico, histórico y bíblico.
Nosotros creemos que el Espíritu de Dios puede hablar a través de la Biblia misma. Damos gracias a Dios que recibimos tantas cartas de nuestros oyentes, que representan casi todos los oficios y profesiones posibles. Y todos testifican que estos estudios les resultan bastante comprensibles. Creemos que la Palabra de Dios es comprensible y que debemos hacer todo lo posible para que continúe siendo comprensible. Bien, veamos ahora algunas características especiales del libro de los Hechos:
En primer lugar, tenemos la Prominencia del Señor Jesucristo. El Señor Jesucristo ya había dejado a Sus discípulos. Se había ido. Ascendió al cielo, según lo relata el primer capítulo de este libro. Pero, ¡todavía continúa obrando! Simplemente ha cambiado Su posición, Su situación. Ha cambiado Su centro de operaciones. Mientras estaba aquí en la tierra, Su centro de operaciones estaba localizado en Capernaúm. Ahora, Su centro de operaciones está a la derecha del Padre. El Señor Jesucristo tiene pues, un lugar de gran prominencia en este libro. Él está obrando desde el lugar ventajoso del cielo mismo.
En segundo lugar, tenemos la Prominencia del Espíritu Santo. Cristo había prometido enviar al Espíritu Santo. Esta promesa se mencionó cuatro veces en el evangelio según San Juan en los capítulos 1, 7, 14 y 20. La misma promesa se presenta en el libro de los Hechos capítulo 1, versículo 8. Usted y yo estimado oyente, vivimos en la época del Espíritu Santo. El gran hecho de este período es que el Espíritu Santo mora en los creyentes. Es decir, en toda persona que ha aceptado personalmente al Salvador, al Señor Jesucristo.
En tercer lugar tenemos el Poder de la Iglesia. La iglesia tiene poder y claro que este poder existe por medio de la operación del Espíritu de Dios. Aquel poder de la iglesia primitiva no se manifiesta hoy en día en las iglesias cristianas. ¿Por qué? Porque la iglesia primitiva operaba con un alto nivel espiritual; esta situación no se ha logrado alcanzar en ninguna época desde aquel entonces. Se han producido movimientos esporádicos de renovación a lo largo de la historia, pero ninguno como aquel que se registra en el libro de los Hechos.
Luego en cuarto lugar, tenemos la Prominencia de la Iglesia visible e invisible. Le iglesia es una nueva institución y tiene sus comienzos en el libro de los Hechos.
En quinto lugar, tenemos la Prominencia de Lugares Geográficos que son mencionados por nombre. Hace poco presentamos un bosquejo. El libro comienza en Jerusalén y termina en Roma. El célebre arqueólogo Sir William Ramsey ha verificado la exactitud de todos los lugares que fueron mencionados por el Dr. Lucas y los ha encontrado exactos.
Tenemos en sexto lugar, la Prominencia dada a la Gente. El doctor Lucas mencionó por nombre a unas 110 personas, además de sus referencias a multitudes o grupos. Creemos que al fin del primer siglo, había en el mundo millones de creyentes. La iglesia tuvo un crecimiento extraordinario durante esos primeros 200 o 300 años. En comparación con aquel entonces, en la actualidad su crecimiento se ha retrasado.
En séptimo lugar tenemos la Prominencia de la Resurrección, que es el punto central de la predicación del evangelio.
La resurrección es el centro mismo de la predicación del evangelio. En muchas iglesias actuales, solamente una vez al año existe la costumbre de predicar un sermón en cuanto a la resurrección; me refiero al Domingo de Resurrección. Pero en la Iglesia primitiva la resurrección de Jesucristo fue el centro y el corazón mismo del mensaje, y creemos que ningún sermón se predicó sin mencionar la resurrección. El tema del gran sermón del apóstol Pedro en el día de Pentecostés fue la resurrección de Jesucristo. Explicó el apóstol Pedro que lo que ocurría se debía al hecho de que Jesús ya se encontraba a la derecha de Dios y que había enviado al mundo a Su Espíritu Santo, y que todo esto se debía a la resurrección. Usted podrá comprobar también que la resurrección fue el tema central de los mensajes del apóstol Pablo.
Ahora, hay muchos predicadores y maestros a quienes les gusta especializarse en el estudio de un tema particular de la Biblia. A algunos les gusta el tema de la profecía. A otros les gusta tratar alguna otra frase o aspecto. Ahora bien, si usted desea especializarse en cierto tema, permítanos darle uno, y es la Resurrección de Cristo. En la Iglesia primitiva todos los domingos se celebraban como días de la resurrección, días para proclamar la resurrección de Jesús. El mensaje se resumía en la declaración ¡Ha resucitado! Proclamaban este mensaje por todas partes. Y éste es el mensaje que hallamos aquí en el libro de los Hechos.
Ahora, en octavo lugar, notamos que hay una Prominencia del apóstol Pedro en la primera sección del libro, y del apóstol Pablo en la última sección. Hay en cambio una omisión extraña de los otros apóstoles. Creemos que hubo una razón muy definida para que el énfasis recayese sobre los ministerios de los apóstoles Pedro y Pablo. Creemos que el Dr. Lucas conocía bien los ministerios de estos dos hombres. Y no olvidemos que Lucas hasta fue compañero del apóstol Pablo en algunos de sus viajes.
Algunos sostienen la idea de que había cierta discordia entre Pedro y Pablo. Pero francamente, somos de la opinión de que el Dr. Lucas, Pedro, y Pablo, cada uno con su propio carácter y personalidad, se reunieron muchas veces y que hablaron mucho entre sí. Hay en realidad muchísimas cosas que ocurrieron que seguramente no han sido registradas en las Escrituras.
Y ahora, una palabra en cuanto al título. El propio título de este libro histórico siempre ha sido tema de discusión. Una de las Biblias que estamos usando en nuestros estudios bíblicos es la Biblia de Reina-Valera y esta Biblia llama a este libro, Hechos de los Apóstoles. Ahora, el Códice Vaticano y otras versiones también lo llaman Hechos de los Apóstoles. Pero Roberto Lee otro erudito en estudios bíblicos lo llamó Hechos del Señor Ascendido y Glorificado. Parece, pues, que en castellano el título más aceptado es Hechos de los Apóstoles.
Y estamos ahora listos, para entrar al primer capítulo de este libro de los Hechos. Para comenzar, y en base a los dos primeros versículos del capítulo 1, quisiéramos sugerir que nuestro título de este libro sea: El Señor Jesucristo Obrando Mediante el Espíritu Santo a Través de los Apóstoles. La primera sección del libro de los Hechos incluye los capítulos 1 al 7, y enseña que el Señor Jesucristo estaba obrando mediante el Espíritu Santo a través de los apóstoles en Jerusalén. Llegamos así a
Hechos 1:1-3
El tema central del capítulo 1, es la preparación para la venida del Espíritu Santo. Incluye una introducción al libro de los Hechos; un resumen del ministerio de Jesús durante 40 días después de Su resurrección; la ascensión y promesa del regreso de Jesús; la espera del Espíritu; y el nombramiento de un apóstol para ocupar el lugar de Judas. Leamos pues los primeros dos versículos de este capítulo 1 de los Hechos, que constituyen una
Introducción
"En mi primer escrito, Teófilo, me referí a todas las cosas que Jesús hizo y enseñó desde el comienzo hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido."
Es claro que el primer tratado mencionado aquí, es una referencia al evangelio según San Lucas. Ahora, Teófilo era el nombre del hombre que también fue mencionado en el evangelio de Lucas. Su nombre significa "amante de Dios". El Dr. Lucas no escribió su evangelio ni el libro de los Hechos a cualquier amante de Dios. Creemos que él en realidad conocía a un hombre llamado Teófilo. Éste era un nombre bastante común en aquel entonces y estamos seguros de que el significado del nombre resultó apropiado para este hombre a quien el libro fue dirigido. ¡Amante de Dios!
El Dr. Lucas le dijo que le había escrito un tratado, el cual es el Evangelio de Lucas y que en ese tratado le había hablado "acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar". Esto implicaba que el libro de los Hechos sería una continuación de aquella historia de la vida de Jesús, y contaría lo que Jesús seguía haciendo y enseñando. Y, ¡Jesús todavía continúa obrando hoy! Continuará con este programa hasta el momento en que se lleve del mundo a los suyos.
Ahora, la segunda parte del versículo 2 dice que: ". . .hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo. . ." Simplemente significa que porque Jesús había sido recibido arriba en el cielo, no quería decir que no seguiría obrando. Y aún hoy en día, Él sigue obrando y enseñando desde el lugar ventajoso a la diestra de Dios, y continúa actuando por medio del Espíritu Santo.
En el ejército se acostumbran a transmitir las órdenes de un mando a otro. De la misma manera, el Señor Jesucristo está obrando mediante el Espíritu Santo. El Espíritu Santo obró a través de los apóstoles y sigue obrando a través de nosotros, aquí mismo donde nos encontramos. Veamos ahora un nuevo párrafo que desarrolla el tema de
El ministerio de Jesús durante los 40 días después de la resurrección
El Dr. Lucas presentó aquí una frase bastante larga, que se extiende hasta el versículo 4. Leamos aquí el versículo 3 de este capítulo 1 de Hechos:
"A ellos también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios."
"Se presentó vivo con muchas pruebas indubitables" después de Su sufrimiento y muerte. En la Biblia se mencionan diez casos específicos en que Jesús apareció después de Su resurrección. Su ministerio después de la resurrección, como es revelado en sus apariciones, tiene una relación más importante con las vidas de los cristianos en la actualidad, que su ministerio terrenal de tres años tal como aparece detallado en los cuatro evangelios.
Ahora, en cuanto al ministerio del Señor Jesús después de Su resurrección, el apóstol Pablo declaró lo siguiente en su segunda carta a los Corintios, capítulo 5, versículo 16: "De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así."
En otras palabras, usted y yo estimado oyente, no conocemos hoy a Jesucristo, como el hombre que caminaba sobre esta tierra hace más de 2000 años. Le conocemos como el Hombre en la gloria. Está allí ahora mismo, mientras yo hablo con usted y usted me escucha. Él está allí y esto es un hecho comprobado. ¡Cuántas veces los cristianos pierden de vista este aspecto!
Permítanos compartir con usted una declaración que llegó en una carta de un hombre que dijo que había sido miembro de una iglesia durante toda su vida. Había cumplido con todos sus ritos y ceremonias, y se creía un buen cristiano. Sin embargo, un día, al escuchar detenidamente la Palabra de Dios pudo darse cuenta de que ni siquiera conocía a Jesús. Tuvo que aprender que Jesús no sólo caminó en la tierra hace ya más de 2000 años, sino que también vive hoy y que está a la diestra de Dios. Tuvo que acercarse al Cristo viviente y aceptarle como su Salvador y Señor. ¡Cuán maravilloso es que Cristo se haya presentado vivo y con tantas pruebas evidentes e infalibles!
El problema hoy no está en los hechos históricos sino en la incredulidad del ser humano. Los hechos están a la disposición de quienquiera examinarlos. Nos preguntamos si alguien que nos escucha duda la realidad de la Batalla que se libró en Waterloo. Francamente, yo creo que es un hecho que Napoleón vivió, y creo también que libró la Batalla de Waterloo. Pero, al mismo tiempo confieso que tengo personalmente, muy poca evidencia de ello.
Permítame decirle estimado oyente, que hay como diez mil veces más evidencias en cuanto a la muerte y resurrección del Señor Jesucristo, que la evidencia que hay para la citada batalla y sobre muchos otros hechos históricos que solemos aceptar sin mayor discusión. Y sin embargo, hay quienes en la actualidad, dicen que no creen que la resurrección de Cristo sea un hecho histórico. ¿Dónde está pues el problema? El problema está en la incredulidad del corazón humano. Hay una tendencia natural en el ser humano a alejarse de Dios, como lo hizo Adán. Así, en la actualidad, las personas le dan la espalda a Dios. El problema no está en la Palabra de Dios porque Jesús ? dice aquí ? se presentó vivo con muchas pruebas indubitables. Usted puede saber esto, si es que en realidad quiere saberlo. El problema, estimado oyente, es no querer saberlo. El problema no está en la mente sino en la voluntad. Como dice el refrán: "No hay peor ciego que el que no quiere ver."
Quisiéramos hacer aquí un breve comentario en cuanto a la resurrección. Hay un versículo que creemos ha sido distorsionado hasta el punto en que no se comprende su sentido original. En el evangelio según San Juan, capítulo 12, versículo 32, el Señor Jesucristo dijo: "Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo". Ahora, ¿Cómo fue Él levantado? Fue levantado en Su resurrección. Fue levantado de los muertos. Ése es el mensaje. No importa cuánto hable usted en cuanto a Jesús, ni cuán bondadoso diga usted que Él es. El mensaje es que Jesús ha sido levantado de los muertos. ¡Ha resucitado! El motivo por el cual más personas no han sido atraídas a Cristo, es porque muchas veces no se predica a un Cristo resucitado. El libro de los Hechos pone mucho énfasis en la resurrección de Jesucristo. Por tal motivo, estimado oyente, le invitamos a aceptar la obra redentora de Jesucristo en la cruz a favor suyo. Cuando usted de ese paso de fe, al creer en Él, tendrá la vida eterna y por la forma en que su vida comenzará a ser transformada, usted mismo comprobará que Jesucristo vive hoy.
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